sábado, 21 de marzo de 2009

Banqueros abusivos...¿hay de otros?

Y miren que no es que me haya sucedido algún desaguisado con la banca, pero cada vez que leo en las noticias que el Gobierno desea limitar los cobros que los señores hacen, me

Los banqueros están reunidos en Acapulco, GRO, en su convención anual. La principal noticia de esta reunión es su rechazo total a la intervención del Estado en el cobro de tasas de interés por créditos y por el cobro de las comisiones.

De entrada yo me opongo a las intervenciones del Estado en las decisiones comerciales. A final de cuentas, el Estado, desde mi punto de vista, debe ser un garante de la seguridad (cosa que evidentemente en México no sucede), de la justicia y proveer el marco bajo el cual se dé la actividad comercial. La teoría dice que por la competencia, los precios de productos y servicios deberán ajustarse de acuerdo a la selección del mercado.

Y sí que ha sucedido. Recuerdo cuando crecía en la septentrional ciudad de Zacatecas, Zac., que no había más que un supermercado y bastantes tiendas. Cuando Soriana y Walmart arribaron a la ciudad fue una revolución porque los comerciantes locales perderían sus cotos de poder de dar los precios que quisieran por ser la única opción disponible para hacer el “mandado”. Hoy día, dos de las tiendas locales que vendían víveres ya no existen. Fue un claro ejemplo de que la gente siempre buscará buenos precios y servicios. En un país como México, el precio es rey.

Sin embargo con los bancos ha sido distinto. Parece muy evidente la predisposición a ayudarlos a ellos y no a nosotros por parte del Estado. Simple y sencillamente los bancos hacen lo que quieren. Cobran las comisiones que desean, cobran las tasas de interés que desean, y te tratan como desean. Si aplicara lo expuesto en el párrafo anterior, aquellos bancos con mejor servicio, menos comisiones y menos tasas de interés deberían ser mpas exitosos. Pero evidentemente en el caso de los bancos no sucede. TODOS cobran lo que se les antoja.

Cuando he llegado a preguntarles por qué es tan bajo el interés que pagan por ahorrar, me dicen que es la tasa referente del mercado, es decir, la Tasa Interbancaria de Referencia (ligada a los CETEES a 28 días). Puedo llegar a comprenderlo, aunque no me guste. Pero cuando pregunto por qué el cobro excesivo en créditos la respuesta varía desde que son tendencias de mercado hasta que el riesgo de no pago es tan elevado que deben protegerse. Es decir, si yo pago en tiempo y soy buen pagador, los altos intereses que pago son para paliar el no pago de las personas que no pagan. A fin de cuentas, la parte de los intereses puedo llegar a entenderla ya que es parte de un ciclo de mercado.

Las comisiones, por otro lado, son cosa aparte. Esas sí que son cobros dictados y definidos por los señores de la banca. Ellos definen si quieren cobrar por cada vez que uses sus cajeros, sus plásticos, si te llegas a retrasar, en fin, por prácticamente todo. Alguien me decía que esas comisiones, por ejemplo las de los cajeros, son por el servicio prestado. Mi respuesta fue que ya de por sí tienen mi dinero guardado, hacen operaciones con él para ganar más dinero (en préstamos, créditos e inversiones varias), y además de ese dinero que ya ganan por tener y manejar mis dineros, me cobran por eso. No es justo.

Creo que en este caso en especial, el Estado sí debe intervenir, ponerles un “hasta aquí” a los señores de la banca, sobretodo en la parte de comisiones. Si bien, las tasas son altas, obedecen a mecanismos más complejos montados en el sistema financiero global; pero esas comisiones por todo deben ser muy pero muy reguladas.

Como de costumbre, me despido con una cita, en esta ocasión de don Francisco de Quevedo y Villegas: “Poderoso caballero es don dinero.”

jueves, 19 de marzo de 2009

Látex vs. Iglesia

El día de ayer escuché una noticia que me hizo romper mi silencio contra las posturas religiosas de la Santa Sede. Me había prometido no decir nada contra sus ideas, porque después de todo, son ideas de fe, pero esta vez atentaron como un jinete casi equiparable a los descritos por Juan de Patmos en su Apocalipsis.

En su visita al continente africano (y más precisamente en el avión que lo transportaba), S.S. Benedicto XVI mencionó que el condón no es la manera de controlar la pandemia de SIDA, y que en realidad, lo agrava. Quiero tratar de entender, desde mi perspectiva, por supuesto, a qué se debió su declaración.

Primero: la Iglesia de Roma siempre se opondrá a cualquier método anticonceptivo, excepto el segurísimo método Billings. Es normal, es la organización más conservadora que existe, es su papel. Las consecuencias para ellos son evidentes: falta de vocaciones, abandono de los templos y un incremento preocupante (para ellos, desde luego) de la gente que decidimos declararnos “no católicos”. Conozco varias parejas, casadas y otras no, que se declaran católicos practicantes y sin embargo usan algún método. Si la Iglesia está tan en contra de los métodos anticonceptivos, que declare que todos que lo usen están en pecado mortal, o que los excomulgue, o no sé. Mi impresión (que puede ser errónea, pues no soy practicante), es que en ese aspecto es tibia.

Segundo: la Iglesia de Roma considera el coito como un mero acto de reproducción de la especie, enmarcado en la consagración del matrimonio. Reproducir la especie para tener más súbditos para la Iglesia. Claro, también está el acompañarse, crear un hogar católico, reproducción de la Sacra Familia, etc. Pero en realidad, ¿qué sucede con aquellos que no deseamos “reproducir la especie”? ¿Tuvimos que habernos casado? Y, si deseábamos dar saciedad a nuestros naturales (y muy humanos) impulsos, ¿cómo le hacemos? No tengo respuesta satisfactoria de la Iglesia. Me pregunto, si estamos hechos a la imagen y semejanza de Dios, ¿los deseos sexuales son por lo tanto divinos? Yo insisto que sí.

Tercero: visto desde un punto de vista moral, el dar condones puede ser tomado como “ve, ten sexo con quien sea, como sea y a la hora que quieras” ya que el condón te protegerá. Esto, a su vez, causaría que la todos esas personas, al tener “sexo seguro” incrementen sus posibilidades de contagio por mal uso del preservativo, mala calidad del mismo o simplemente por su falta de uso en situaciones por demás obvias.

En general, creo que la Iglesia no es el Papa en turno, así como cualquier otra nación. Las declaraciones de S.S. Benedicto XVI tan solo reflejan a una mínima porción de los católicos. De estar equivocado, las ventas de condones y anticonceptivos no crecería (a la fecha no he oído que Sico, Trojan o alguna otra marca de preservativos quiebre). Entonces, ¿qué sucede? ¿Los católicos están o no de acuerdo con su líder espiritual? Me parece que debemos ser congruentes. Se es o no se es. No se está medio embarazado o medio infectado de VIH.


La gente seguiremos teniendo sexo por la simple y sencilla razón de que somos humanos. Como dije, si Dios nos hizo a su imagen y semejanza, ¿no es el sexo por lo tanto también divino? No me enseñaron que Dios esté casado, por lo tanto, ¿se tiene que estar casado para tener relaciones sexuales? Ahora, si se está casado, se tienen relaciones sexuales, la mujer se embaraza (aunque se haya usado el muy preciso método Billings), ¿qué será de un niño no deseado? Con suerte, será un niño aceptado y amado; pero en otros muchos casos será un niño no deseado, no amado y lo peor, sin recursos para su desarrollo.

Aunque ya escribí (y lo escrito, escrito) sobre este tema, lo mejor que podemos hacer, desde mi punto de vista, por la humanidad y el no avance de esta pandemia, es hacer oídos sordos al obispo de Roma. Me uno a la Sociedad Alemana de Ayuda contra el SIDA en su condena al pontífice declarando que “peca contra la humanidad”. Decir que el SIDA sólo se cura con matrimonios (católicos, imagino) y educación es negar la epidemia en el continente con más enfermos de VIH del mundo. Adelante con la educación en todo el mundo, pero también, ajustémonos a la realidad.


Como siempre, me despido con una cita. Más que una cita, es un fragmento de un libro que tiene una historia interesante. Tanto cristianos como judíos dicen que es la metáfora del amor de Dios a nosotros, pero para mí es una joya de la sensualidad entre hombre y mujer. El libro es el Shir Hashirim también conocido como Cantar de los Cantares, atribuido a Salomón, y del cual el rabino Akiva dijo “Todas las escrituras son santas (kodesh), pero el Shir Hasihirim es santísimo (kodesh kodashim).”
“Cuán hermosos son tus pies en las sandalias, ¡oh hija de príncipe! Los contornos de tus muslos son como joyas, obra de mano de excelente maestro. Tu ombligo como una taza redonda que no le falta bebida. Tu vientre como montón de trigo cercado de lirios. Tus dos pechos, como gemelos de gacela. Tu cuello, como torre de marfil; tus ojos, como los estanques de Hesbón junto a la puerta de Bat-rabim; tu nariz, como la torre del Líbano, que mira hacia Damasco. Tu cabeza encima de ti, como el Carmelo; y el cabello de tu cabeza, como la púrpura del rey suspendida en los corredores. ¡Qué hermosa eres, y cuán suave, oh amor deleitoso! Tu estatura es semejante a la palmera, y tus pechos a los racimos. Yo dije: Subiré a la palmera, asiré sus ramas. Deja que tus pechos sean como racimos de vid, y el olor de tu boca como de manzanas, y tu paladar como el buen vino, que se entra a mi amado suavemente, y hace hablar los labios de los viejos. Yo soy de mi amado, y conmigo tiene su contentamiento. Ven, oh amado mío, salgamos al campo, moremos en las aldeas. Levantémonos de mañana a las viñas; veamos si brotan las vides, si están en cierne, si han florecido los granados;aAllí te daré mis amores. Las mandrágoras han dado olor, y a nuestras puertas hay toda suerte de dulces frutas, nuevas y añejas, que para ti, oh amado mío, he guardado.”

sábado, 7 de marzo de 2009

¿Existe la democracia?

Esta pregunta me la he hecho hace ya algo de tiempo. La democracia es el sistema de gobierno que nuestro país, junto con todo el hemisferio, sostiene como bandera de organización de los Estados. Sin embargo, ¿es la democracia real o simplemente una ilusión de la realidad?

Veamos nuestro caso, México. La “democracia” que vivimos durante buena parte del siglo XX no fue sino una caricatura. El partido que estuvo en el poder por más de setenta años usaba todo el poder del Estado para ser reelegido una y otra vez. Tuvo que ser un miembro de su mismo partido el que dijera “basta” en 2000 para que hubiese un cambio en el poder. Hay algo que me intriga, sin embargo. Al igual que en las épocas del PRI, sigo viendo que los ricos son más ricos y los pobres más pobres. La democracia no ha hecho nada para mejorar las condiciones de este país. Hoy por hoy, estoy seguro que casi nadie apuesta por ningún partido político. Votamos por el menos peor. Yo, si así sigue todo sigue como va, terminaré por anular mi voto.

Aunque el punto de esta entrada no es dilucidar quién será candidato, sí quiero adentrarme en el por qué. ¿Quién define? Desde mi punto de vista, no existe una democracia, sino una ilusión de la misma. Para mí es muy evidente: los intereses de los dueños de la economía nacional (y mundial) son los que dictan, ultimadamente, quienes son aquellos quienes serán votados.

Si no es así, ¿por qué con cada diferente gobierno no vemos una mejor distribución de la riqueza? Y no me mal entiendan, no comulgo con el comunismo ni con el capitalismo salvaje, aunque debo admitir que, económicamente, prefiero el último. Como bien dijo Aristóteles “la virtud está en el medio”. Pero bueno, regresando al punto, ¿no es interesante observar cómo los políticos nunca se meten con los empresarios ni viceversa? Es porque son los grandes capitales quienes también controlan la política. Ellos no se meten en que si son verdes, azules, rojos o amarillos. Son prácticos, ¿quién me mantendrá y/o incrementará mi capital?

Es por esta simple razón que me da risa cuando veo a los títeres que son los políticos desgañitarse en absurdas peleas por el poder, cuando realmente no lo tienen. Y esto no es exclusivo de nuestro querido México, sino de todo el mundo. Los Estados Unidos de América, la más perfecta democracia (según ellos, claro), son el perfecto ejemplo que son los intereses económicos quienes controlan ese país. El actual presidente no fue elegido por presión social ni mucho menos: así convenía a todos esos intereses.

¿Por qué, ahora con la crisis que nos aqueja, los gobiernos simplemente no dejan en la ignominia (como lo hacen con los gobernados) a aquellos intereses que por más codicia provocaron este global desaguisado económico? La razón, nuevamente, porque son los intereses quienes controlan a los gobiernos, exigiéndoles su intervención (en metálico, por supuesto), a costa de endeudar a los Estados y por lo tanto, a los gobernados.

Siempre ha sido de esa manera; es como es el curso de la Historia. ¿Es malo? Pregunto, ¿qué sería bueno? Es lo que es. Lo único que me parece, sea cual sea el camino que cada Estado tome, es tratar de no ser deshumanizado. Difícil, sí, pero es la única manera de no convertir al dinero en Dios, como Juan Carlos, en su blog, menciona.

Sin más, me despido como de costumbre, con una cita, bueno con un par. La primera de un americano (más que estadounidense, ya que, por definición, los mexicanos también somos estadounideneses) universal, Benjamín Franklin, y la segunda del autor del libro “El Capital”, Carlos Marx:
“De aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero.”
“El poder político es simplemente el poder organizado de una clase para oprimir a otra.”

viernes, 6 de marzo de 2009

Narcotráfico, secuestro, y cosas peores

Es inevitable abordar este escabroso tema. La pregunta simple es ¿cómo llegamos a este estado de las cosas? ¿Cómo es posible que se hayan alcanzado estos niveles de violencia, indiferencia, y resignación? La sociedad civil ya prácticamente está resignada a la indefensión ante estos criminales; el gobierno (en sus tres niveles) simplemente parece que no puede; los criminales tienen puerta abierta. Yo tengo tres versiones sobre porqué, al parecer, el Estado no es capaz de vencer al crimen:

1.- El crimen y el gobierno están en contubernio para no perder cada uno sus privilegios, y lo que estamos viendo es la lucha de algunos sectores de ambos bandos. Para aquellos que deseen que se regrese a una época de equilibrio entre los criminales y el Estado, ésta es la tesis adecuada. En este escenario se negocia cuánto crimen se autorizará (narcóticos, secuestros, etc.) entre el Estado y los criminales.
Lo que me preocupa de este escenario es que cualquier gobierno que esté al frente del Estado será cómplice y cada ente tendrá “infiltrados” en cada organización como una manera de asegurarse que el otro respete los acuerdos; al menos se mantendrá en control el crimen.

2.- El crimen y el gobierno son antagonistas reales pero el crimen ha infiltrado en el gobierno hasta sus más altas cúpulas ya que esto es lo único que explicaría que no se le venza. En este escenario, el Estado es mucho más poderoso que las organizaciones criminales (como espero que sea). Esta es tal vez una versión muy simplista porque sería relativamente fácil eliminar o subyugar al crimen porque haría falta deshacerse (de cualquier manera) de los elementos ya corrompidos.

3.- El crimen y el gobierno son antagonistas reales pero las organizaciones criminales ya sobrepasaron la capacidad del Estado para subyugarlas, convirtiendo al Estado Mexicano en uno fallido.

De los tres escenarios, creo que el que más aplica a México es el primero. Definitivamente no encuentro otra explicación más que la incapacidad deseada para no hacer las cosas requeridas para apaciguar al país. Sin embargo, el que más me preocuparía sería el tres. ¿Qué sucedería si realmente las organizaciones criminales fuesen más poderosas en capacidad operativa que el Estado? Simplemente estaríamos en problemas fuertes. Significaría que ni las Fuerzas Armadas del país serían capaces de acabar con ellos.

¿Qué podemos hacer como sociedad? Mi única recomendación es trabajar y seguir con nuestras vidas normales. El crimen gana cuando por miedo dejamos de hacer nuestra vida normal. ¿Qué hacer si eres víctima? Creo que antes que nada denunciar. Pero ¿de qué sirve denunciar si el gobierno no puede ni autogobernarse?

México es un país donde prácticamente existe castigo codificado para todo, pero simple y sencillamente no se aplica. Eso de “dura lex, sed lex” no aplica en este país. El problema viene desde nosotros mismos. No respetamos la ley. Deseamos que nuestros gobernantes impongan la ley, pero nosotros ni siquiera la respetamos. Si nuestros gobernantes vienen de familias similares a las de nosotros, es natural esperar que doblen, salten o de plano violen las leyes. Mientras no cambiemos, mientras no demos el ejemplo, ya no a la sociedad, sino a nuestros hijos y ese ejemplo se multiplique, no habrá cambio. Creo que es el mejor consejo que puedo dar para que esto, a largo plazo, se resuelva.

Como de costumbre, me despido con una cita de genio universal, Leonardo da Vinci: “Quien no castiga el mal, ordena que se haga.”