viernes, 30 de enero de 2009

Algo que aprender a los estadounidenses

El día de ayer al llegar a casa encendí el televisor y lo primero que vi fue un anuncio de propaganda a favor del nuevo presidente de los EE.UU., Barack Obama. Dicho anuncio es bastante simple: un fondo blanco en el que se presentan celebridades estadounidenses diciendo en su anglosajona lengua materna que se comprometen a cosas tan simples como sonreír más, comprar autos híbridos y deshacerse de sus caros automóviles, hasta llegar a su compromiso con el recién jurado (dos veces) presidente de su país.

El punto no es tanto los compromisos bonitos o reales. El punto es que un individuo como lo es el actual jefe de estado y de gobierno de la (aún) única superpotencia global ha inspirado a muchas personas. Después de hablar con varios estadounidenses al respecto, me doy cuenta no solamente son los artistas y celebridades quienes están con Obama, sino que es la población en general quien lo ve como un brillo de esperanza. Sin embargo, me pregunto si cualquiera quien hubiera sido el candidato no hubiera tenido el mismo recibimiento después de ocho años de terrible gestión de Bush, Jr. Tendremos que darle a Hussein Obama (sí, leyeron bien, Hussein…el señor es musulmán) el beneficio de la duda.

Me impresiona sin embargo como los estadounidenses tienen un líder (porque lo que sea de cada quien, el caballero tiene liderazgo) en el que están cifrando sus esperanzas. Puede que una buena parte del país no haya votado por él, pero todos lo consideran ahora su presidente y están de su lado. Al menos es la sensación que me da. ¿Por qué en nuestro país no tenemos ese liderazgo? Creo que la materia prima (es decir, todos nosotros) somos los culpables.

Jean-Jacques Rousseau decía que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen. México tiene, sin duda gran culpa de su situación actual. Prácticamente desde el Gen. don Lázaro Cárdenas del Río no ha habido un liderazgo con el que se identifique la población en buena medida. Cada vez que veo que se nombran candidatos para presidente o para diputados me doy cuenta que estamos mal. Imagínense, hasta la hermana del “Gober Precioso” estará contendiendo por una diputación federal: mi primera impresión “MIEDO”. Sólo en este país puede pasar. Cada vez que se dan las ternas para candidatos presidenciales me estreso; no quiero ni saber que sucederá en 2012. Imagino al hoy gobernador del Estado de México y me digo, “estamos fritos…otra vez el PRI y un chavo que detrás tiene al grupo Atlacomulco para hacer y deshacer”. Insisto, qué miedo.

Aprendamos de los estadounidenses ese amor por sus instituciones y ese compromiso con su presidente. Sé que no es fácil con los que tenemos como “clase” política. Pero una manera de presionar es simplemente yendo a votar y anular el voto si es que no estamos de acuerdo con ningún candidato. Eso significará que mucha gente simplemente no tuvo el agrado de ningún candidato. Otra recomendación, recuerden los nombres de sus representantes. Nunca saben cuando puede ser su presidente municipal, diputado (local o federal) o senador.

Aprendamos a no tener memoria de corto plazo. No puedo creer que el rumor que dice que Salinas está buscando consensos para convertirse en gobernador del estado de Nuevo León; nada se lo impide legalmente. Recordemos, ese señor es un maestro económico, pero por su culpa cuántos de ustedes no vivieron situaciones catastróficas en sus casas y trabajos. ¡Tengamos memoria!

Para despedirme, no me iré con una cita sino con el juramento queel Ejército Israelí hace a sus oficiales y soldados:
Suben a la cumbre de Masada (antigua fortaleza de Herodes el Grande, y el mayor constructor de Israel) y en ese lugar, donde tuvo lugar la heroica resistencia de los insurgentes israelíes contra los invasores romanos que termino con el suicidio de los primeros y sus familias, los soldados juran “NUNCA MÁS” Nunca más otro Masada, nunca más otro Shoah (holocausto nazi). Nunca más. ¡Aprendamos lo bueno de los estadounidenses e israelíes!

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