miércoles, 25 de febrero de 2009

Funcionarios públicos ¿mexicanos?

Se preguntarán a qué se debe el título si por ley todos los funcionarios públicos de este país deben ser mexicanos. Sucede que yo aún tengo esa duda porque el día de hoy leí en las noticias que los funcionarios del Instituto Federal Electoral (IFE) incrementaron sus percepciones en 100%, incluyendo bonos, sueldo y demás rubros. Cuando prácticamente todos los mexicanos están con su trabajo pendiendo de un hilo, cuando muchos lo han perdido o les han reducido el sueldo con la finalidad de no perder el empleo, estas personas no sólo conservan su empleo, sino que reciben más dinero por el mismo trabajo. Por eso creo que ellos deben ser ciudadanos de otro nivel o de plano de otro país, como Arabia Saudí o los Emiratos Árabes Unidos, porque mexicanos no creo que sean.

Desafortunadamente no sólo son ellos, sino todo el aparato gubernamental. Se aumentan sus salarios y prestaciones por hacer el mismo trabajo. Simplemente es ilógico. En cualquier trabajo de este país, mientras uno no sea más eficiente, productivo y/o preparado, no se puede ser candidato a un aumento de suelo, mucho menos a una promoción. Los “servidores” públicos se aumentan el sus ingresos haciendo lo mismo, siendo menos productivos y la eficiencia es una palabra que simplemente no existe en su léxico. O acaso, ¿es más eficiente el aparato gubernamental? ¿Gastan menos en su gasto corriente? ¿Han mejorado los servicios? ¿Te tratan mejor cuando tienes la necesidad de hacer algún trámite? En mi caso, no. Espero que en el suyo sí, porque sería una rareza.

Quiero darles a conocer los nombres de estos personajes que por el salario que TODOS les estamos pagando sean unos súper genios:
Consejero Presidente
Leonardo Valdés Zurita
Consejeros
María Macarita Elizondo Gasperín
Virgilio Andrade Martínez
Marco Antonio Baños Martínez
Marco Antonio Gómez Alcántar
Francisco Javier Guerrero Aguirre
Alfredo Figueroa Fernández
Benito Nacif Hernández

Arturo Sánchez Gutiérrez

Léanlos bien y apréndanlos porque espero que nunca tengan el cinismo de postularse a puestos de elección popular, básicamente de legisladores, las estrellas de nuestro sistema de gobierno.

Sin embargo, creo que lo triste es que como mexicanos permitimos eso. Y no quiero decir que tengamos la culpa directamente, pero ¿por qué nos quedamos impávidos ante estas situaciones? Creo que la respuesta es porque muchos de nosotros no tenemos idea de cómo protestar ante esto. Alguien me dirá que marchemos (como buen perredista) hacia el IFE o Cámara de Diputados, pero creo que eso no es la solución ya que la tasa de efectividad de dichas marchas no es muy alta. Además, seamos honestos: con su trabajo, ¿tienen tiempo de ir a protestar frente a oficinas gubernamentales? Ya bastante trabajo tenemos todos como para estar yendo a no hacer más que gritar. Entonces, ¿qué podemos hacer los ciudadanos que sí trabajamos y creamos ingresos para que esos bandidos y sus familias coman? Si alguien tiene una respuesta, por favor compártamela.

Me queda claro algo, nosotros como materia prima de este país somos la raíz y origen de nuestro gobierno. Como J. J. Rousseau decía, “cada pueblo tiene el gobierno que merece.” Mientras nosotros como pueblo no cambiemos, todo seguirá siendo igual. No pretendamos que el partido en turno cambie las cosas. Si el cambio no viene de nosotros, simple y sencillamente no habrá cambio.

Por último, el único consuelo que puedo tener por el momento es que dicha gente no tenga tranquilidad de mente. Que sus caras se caigan de vergüenza al ver a sus hijos. ¿Qué autoridad moral podrán tener?

Me despido, como de costumbre, con una cita, en esta ocasión de Louis Dumur: “La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos.”

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